Caminando hacia la Salud Emocional
¡Hola Amores!
Ha sido muy gratificante para mí hacer todo lo que estamos haciendo en este mes. Poder hablar de cómo puedes cultivar tu salud integral, también me ayuda a mí a seguir cultivando la mía. El tema de hoy es uno que realmente me ha tocado ser muy procesada en él, y es: LAS EMOCIONES.
Tener y cultivar salud emocional es una de las cosas más importantes que debemos tener en la vida.Es un compromiso que debemos asumir con nosotros mismos. Es comprometernos hasta el último día de nuestras vidas con que nada ni nadie robará lo que somos.
Tener salud emocional es tener una vida de coherencia, donde lo que pensamos, decimos y hacemos son UNO. Es sentirte bien contigo mismo y establecer relaciones positivas y que sumen a tu vida y a tu entorno.
¿Qué lindo se lee todo eso, no? Pues por mucho tiempo nada de eso fue mi realidad. No había coherencia entre lo que deseaba hacer, lo que decía que haría y lo que finalmente ejecutaba. Me sentía frustrada porque era como si hubiese una lucha de dos personas dentro de mí. Muchas personas ya ni querían que les hablara sobre ciertos temas porque no entendían cómo podía ser tan incoherente con mis sentimientos y pensamientos.
Por mucho tiempo mi autoestima, mi autoconfianza, el ímpetu, la valentía, estaban distanciados de mí. Cada día los veía alejarse y cada día me sentía más derrotada, más impotente. Sabía que tenía que hacer algo, sin embargo el temor y la duda decidían por mí. Y así pasé años de mi vida, con las emociones totalmente destruidas, sin un norte claro que seguir, viviendo y haciendo lo que no quería.
Un día dije: ¡ya no más! Si mi vida no cambia, si mis emociones no cambian no podré continuar…
Me había envuelto en un círculo tan sutil y dañino donde la ANSIEDAD, LA FALTA DE FE, LA DESESPERACIÓN, eran quienes gobernaban mi vida por completo, dejándome inhabilitada para tomar sabias decisiones. No podía ver más allá de las circunstancias del momento y esto me llevó a tener arranques de ira por el nivel de frustración que había dentro de mí.
No fue fácil, ni es fácil aun salir de allí, pero lo que me ayudó fue darme cuenta que las cosas que no tenía o que no se me habían dado, no era quizá porque Dios, la vida o el universo no querían dármelas. Sino porque quizá querían crear en mi persistencia y madurez, quizá solo querían esperar a que estuviera lista para recibirlas, porque solo de esta manera podría valorarlas y administrarlas con sabiduría. En el momento que entendí que alguien mayor que yo tenía el control de mi vida, empecé a cultivar algo que cambió mi vida para siempre: LA GRATITUD. Fue allí donde la luz entró a mis pensamientos y emociones y comencé a ver las cosas desde afuera y darme cuenta de que cada suceso de mi vida estaba conectado de alguna u otra forma con una lección que me llevaba a un nivel más alto de mi conciencia y por ende a crecer.
Ser agradecida, cambio mi vida. Me hizo plena. De pronto empecé a ver como mi manera de pensar, de actuar y de sentir, comenzaron a cambiar sin siquiera darme cuenta. Fue una locura, porque por tanto tiempo me empecine en cambiar mis emociones con métodos externos, sin darme cuenta que todo estaba DENTRO. Con el tiempo me volví una persona más equilibrada en mis decisiones, con el tiempo aprendí a no comprometer mi bienestar emocional solo para quedar bien con otros; con el tiempo me volví más consciente de lo que había en mi interior y de entender que era válido sentirme como me sentía, pero que no podía dejar que esas emociones me controlaran a mí.
Ha sido un camino maravilloso y de crecimiento constante, aun no lo logro al 100%, a veces las emociones se me quieren salir de control jejeje pero tomo un tiempo para respirar profundo, cerrar mis ojos, soltar y confiar…
Muchas personas comenten el error de creer que la salud emocional solo se trata de estar súper feliz con una pareja y que todo marche de lo más bien, pero no es así. La salud emocional va más allá de eso, se trata de ti, de quien eres y de cómo te sientes contigo. En tu propia piel.
Tener a alguien a tu lado complementa por supuesto esa salud que ya tienes, pero si no te sientes bien con quien eres, tampoco lo harás con alguien más.
Actualmente no estoy viviendo esa parte de la salud emocional con una pareja, y suelo ser cuestionada de porque he durado algunos años sin estar con alguien. La respuesta es simple: Entendí que primero debía convertirme en la persona que deseaba tener a mi lado. Entendí que el mejor regalo que podía darme a mí y a esa persona que llegara a mi vida era un YO SALUDABLE por dentro y por fuera. ¡No perfecta! Porque nunca lo seré, pero si sana. ¡Porque sí!!!, porque me lo merecía y porque sabía que esa persona que aún no sé quién es, se lo merece también.
Si entiendes que no tienes nada de eso, creo que es tiempo de detenerte y ser honesto contigo mismo, conocer y entender tus emociones, para que las puedas ayudar a mejorar. ¡Te lo mereces!
Te dejo con algunos pasitos que he dado para mejorar mi salud emocional, ojala te sirvan de algo:
Reconocer que mis emociones eran un desastre (esto es lo primordial)
Escucharlas (deja que esa voz interna te hable, no la calles. Ella te guiará)
Tratar de encontrar la raíz que detonó me sintiera así.
Entender que NO SOY PERFECTA. Aceptarme también con mis limitaciones.
Ser agradecida (empecé a escribir en una libreta las cosas buenas que me pasaban y cuando me sentía triste las leía para enfocarme otra vez)
No hacerme más expectativas o ideas de las cosas o las personas de las que debía (esto te ayudara a disminuir el desencanto)
Dejar que las cosas fluyan a su ritmo. Todo obra para bien. (a veces cuando no vemos que las cosas van como queremos o a la velocidad que queremos, nos desesperamos y es allí donde llega la ansiedad)
No darme por vencida conmigo misma (sé que me equivocaré, me caeré, pero vale la pena seguir creyendo en lo que realmente soy y luchar porque se cultive)
¡No te rindas!
Lola.