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Hasta que te conocí, LUNA...

Desde pequeña he sentido cierta fascinación por esas luces brillantes que se ven desde el cielo en las noches. Aquellas que llamamos LUNA y ESTRELLAS.

Recuerdo pasar momentos mirando hacia el cielo desde cualquier ventana o el balcón de mi casa preguntándome cómo se llamarían y quienes eran en realidad (aaaw los niños hehehe).

Al pasar los años esa atracción no disminuyó, todo lo contrario, crecía y crecía. Recuerdo que me ponía a darle gracias a Dios por tan hermosa creación y por el privilegio de poder contemplarla (cosa que hago aún).

Hace unos años, más o menos por el 2011, empecé a escribir algunas ideas que venían a mi cabeza, las cuales fueron tomando forma y se empezaron a convertir en un pequeño guion el cual se volvió ¡grande grande! hasta el punto que ya era una película con 1era y 2da parte ( hehehe les dije que se puso grande).

Había creado una historia fascinante alrededor de un personaje principal que no tenía nombre. Justo allí empezó la disyuntiva de cómo se llamaría. Recuerdo que empecé un proceso de búsqueda sobre cuál sería el nombre ideal para este personaje y no me llegaba nada. De pronto una noche del 2012, llegó.

Creo en la voz del corazón. Esa suave que llamamos Dios, Jesús, Espíritu Santo, o incluso conciencia que nos guía por el camino que debemos andar.

Recuerdo esa noche como ahora aaaaw. Estaba haciendo algo en mi habitación y escuché esa suave voz llena de calidez y amor que dijo dentro de mí: “LUNA”. Me detuve y pregunté ¿Luna? , ¿Luna qué?. Escuché otra vez “LUNA” y lo primero que vino a mi mente fue aquel personaje que no tenía nombre (hasta ese momento).

Estaba cerca de la ventana y me asomé para mirar el cielo, y allí estaba ella, redondita, imponente, bella, tan llena de luz. Las lágrimas salieron de mis ojos, sin embargo, no pude evitar el que saliera una sonrisa y de forma tan espontanea e ingenua salió de mi boca un –¡Hola Luna!. Ese –Hola Luna, lo cambió todo. A partir de ese momento nos volvimos amigas (si, aunque parezca cursi... De hecho soy muy cursi lo sé, pero me encanta hehehe).

Cada noche cuando la veía recibirme llegar a casa la saludaba con un –Hola Luna. Esta tontería para muchos me enseñó a disfrutar de los pequeños detalles de la vida, a disfrutar una puesta de sol, el sonido del mar, el canto de los pájaros en las mañanas, lo bella que puede ser la noche con el cielo lleno de estrellas o simplemente, sentir la suave brisa.

No solo conseguí un nombre para un personaje, sino que aprendí a vivir momentos en cámara lenta, a capturar imágenes y sonidos para siempre en mi memoria.

Al final me di cuenta, que la luna y yo, éramos más parecidas de lo que imaginaba.

Un abrazo,

Lola.

PSD: En el próximo post, conocerás mas, a través de los ojos de Luna


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